Rompiendo paradigmas con el uso de refrigerantes en el servicio pesado
Durante el pasar de los años, la tecnología de refrigerantes ha evolucionado paralelamente con las exigencias de la industria automotriz, la cual es presionada por las demandas económicas y ecológicas del planeta, haciendo que los productos soporten ese tipo de demanda con menor mantenimiento y mayor carga.
Antiguamente los sistemas de refrigeración de los vehículos automotores eran enfriados únicamente con el líquido vital agua (H2O). Con el paso de los años, los científicos se encontraron con distintos in-convenientes con el uso único del agua; un inconveniente fue la congelación en climas demasiado fríos. Esto fue solucionado con el famoso y mencionado aditivo Etilenglicol (anticongelante), luego se encontraron con que el agua y el anticongelante corroían las piezas internas del motor y esto causó muchos inconvenientes, los cuales se siguen observando actualmente con el uso de anticongelantes de bajo costo. La solución temporal fue el invento de los aditivos inhibidores de corrosión SCA y funcionó de una mejor manera, pero el Etilenglicol es un aditivo muy estable en el desempeño de la vida del refrigerante, contrario a lo que ocurre con los aditivos inhibidores de corrosión que tienen el defecto que son consumibles en la vida del refrigerante. Un desafío para la ingeniería, ha sido saber cómo poder ampliar la vida de este aditivo para dar la protección ante el daño corrosivo de las piezas de los motores.
Los motores de servicio pesado, en comparación con los motores de automóviles, tienen una vida 10 veces más extendida que un automóvil con promedios de kilometrajes por arriba del 1,000,000 de kilómetros. Las relaciones de carga de un vehículo pesado son aproximadamente 7 veces más, el peso del vehículo por caballo de fuerza y un sistema de refrigeración con 5 veces más volumen de capacidad. Un gran desafío para los refrigerantes de servicio pesado es el plantearse la dificultad de mantener la química de la solución adecuada para conservar los motores protegidos.
El 40 % de los problemas de inactividad en motores, está asociado con un mal mantenimiento y una mala refrigeración. Hoy en día es el problema más común que provoca fuertes gastos a los propietarios de flotas de camiones, haciendo de esto un punto crítico de la operación. Estos problemas están asociados con los aditivos inhibidores de corrosión en los refrigerantes; si no tenemos el adecuado balance en la solución de estos aditivos, podemos experimentar las siguientes causas:
Cavitación
Se produce cuando los inhibidores de corrosión no logran proteger las camisas húmedas de los motores y se ven a simple vista perforados. Provoca hoyos en las camisas, lo que permite que el refrigerante ingrese al bloque del motor.
Corrosión
Se produce cuando los inhibidores de corrosión se agotan y el agua conjuntamente con el anticongelante (Etilenglicol) entran en contacto con el metal y lo corroen.
Incrustación
Se produce cuando las sales del agua dura y de baja calidad se combinan con los inhibidores de corrosión y comienzan a depositarse en el motor, dejando una capa que encierra el calor haciendo que disminuya la eficiencia de disipación de calor hasta en un 40 %.
Gelificación
Para el mayor rendimiento de los motores, se deben buscar refrigerantes con tecnología de ácido orgánico (Organic Acid Technology, OAT). Estos tipos de refrigerantes pueden ser utilizados hasta por 1 millón de kilómetros o 12 mil horas sin requerir aditivos suplementarios SCA, dando un menor mantenimiento y mayor protección. A estos refrigerantes los llamaremos refrigerantes con tecnología de punta.
Previenen la corrosión de una forma totalmente nueva, protegen el motor por un largo tiempo, sin necesidad de recargarlos o cambiarlos.
Normalmente, en los refrigerantes convencionales, el metal está protegido mediante una capa gruesa de inhibidores de sales insolubles y limitan la disipación de calor del metal al refrigerante. Por medio de refrigerantes con tecnología de punta, el metal está protegido, por una capa de formación de carboxilatos (R-COOH), que protegen sin agotarse y apenas necesitan reponerse; estos actúan de una forma muy exacta en los puntos específicos de corrosión y no forman una capa en toda la superficie como los convencionales, haciendo también que se obtenga una transferencia mayor de calor en el refrigerante, de un 8 % más.
Esta tecnología es la que actualmente los fabricantes más estrictos están aprobando para poder brindarle un mayor rendimiento al motor:
Vida más prolongada a los componentes.
Mejor transferencia de calor.
Excelente protección contra la corrosión.
Protección de las superficies calientes.
Menos desgaste de los inhibidores de corrosión.
Menor daño en metales blandos.
Compatibilidad con elastómeros.
Para la optimización en el cambio de un nuevo refrigerante, se aconseja utilizar un limpiador del sistema y lavarlo 3 veces con agua; luego, drenar completamente para aplicar el nuevo refrigerante. Estos refrigerantes con tecnología de punta tendrán un valor inicial un poco más elevado, pero durante la vida del motor y del refrigerante, los ahorros serán evidentes.
Alejandro Cruz Piedrasanta
Ventas B2B Gentrac
alejandro.cruz@gentrac.com.gt